Se estima que en el país existen unos 12 mil contratistas que trabajan entre el 70% y el 90% del área agrícola. En general son pequeñas PyMEs familiares con un legado que atraviesa generaciones. Gustavo Chiaramello es uno de estos empresarios acostumbradas a recorrer miles de kilómetros a lo largo del país con sus imponentes máquinas. Arrancó con la actividad en 1997, cuando su padre le cedió una de sus cosechadoras y a algunos clientes para que pudiera abrirse camino en soledad.
“Creo que ser contratista es algo que se lleva un poco adentro y te tiene que gustar. Porque no es nada fácil estar todo el tiempo en el campo y lejos de tu familia”, resume mientras pone a punto para la próxima campaña a las dos cosechadoras que forman su capital de trabajo. Chiaramello posee dos equipos CLAAS: una LEXION 750 y una TUCANO 570 con las que acaba de cosechar más de 5400 hectáreas de maíz, dando por finalizada la campaña gruesa.
Oriundo de la provincia cordobesa de Río Cuarto, hace ya 19 años que Chiaramello se traslada todos los años hasta la provincia de San Luis para prestar servicios al Grupo Boehler, una empresa agropecuaria con una superficie agrícola de más de 80.000 hectáreas, entre propias y administradas. “Ahí hago el 100% de la cosecha gruesa, alrededor de unas 6.000 hectáreas entre soja y maíz”, explica el contratista y asegura que haber mantenido este cliente le ha facilitado en parte su tarea.
“Esto me permite trabajar con los dos equipos juntos y estar todo el tiempo encima. Antes tenía las máquinas separadas y era todo un lío porque no podía estar al pie del cañón cuando se rompía algo”, confiesa y aclara que sus servicios son muy valorados en la firma por la calidad y eficiencia tecnológica de las cosechadoras CLAAS.